Ojo de bronce clásico – El Ojo del Juicio
No parpadea, no se aparta. No se apresura, pero tampoco se distrae. Su tono oscuro y penetrante refleja paciencia, la certeza de que, con el tiempo, todo lo que observa podría pertenecerle. Pero quedarse viendo no ha sido suficiente para nadie.
La espera se prolonga, y mientras tanto, lo que desea sigue siendo solo una imagen
distante.